Hay Virgencita que luces
Ojos de dulces miradas
Pues viste llegar espadas
Que dieron paso a las Cruces.
Mira tus tierras amadas
Y si hoy, arrancan las Cruces
Brillen de nuevo las luces
Del filo de las Espadas!
Hay Virgencita que luces
Ojos de dulces miradas
Pues viste llegar espadas
Que dieron paso a las Cruces.
Mira tus tierras amadas
Y si hoy, arrancan las Cruces
Brillen de nuevo las luces
Del filo de las Espadas!
Si el sufragio –sobre todo el sufragio universal- puede terminar con una sociedad, sólo el voto puede redimirla. Que la palabra voto se haya transformado en un sinónimo de sufragio no es una curiosidad, más o menos pintoresca, para esparcimiento académico. Es, más bien, un “voto a Satanás”, el fruto de una tendencia perversa que lleva –lenta y seguramente- a la disolución del lenguaje. Y la disolución del lenguaje que es ¡ay! una de las pocas cosas que nos distinguen de los animales, constituye un preámbulo de la disolución de lo humano. La diferencia específica entre el hombre y los animales es más bien la palabra que la razón: los tontos y los locos son hombres porque pueden hablar, aunque no razonen. Cuando los cristianos profesamos nuestra fe en la salvación, decimos que el Verbo –y no la Razón- se hizo carne.
Publicado el 19 de abril de
1972 en el semanario “Azul y Blanco”. Oportunamente, le hemos hecho algunos
agregados y actualizaciones.
La gigantesca
empresa de destrucción de la Civilización Occidental que el marxismo necesita
para imponer la dictadura mundial de una casta pequeña sobre la humanidad
masificada, se vale de los medios de difusión audiovisuales y en particular del
cine [y de las “series”].
Objetivos de la subversión en el cine [y en las
series]
1) Disminuir el
espíritu crítico por medio de una mezcla de estupidez, abstracción y
sensiblería.
2) Destruir la
moral tradicional por medio de un erotismo barato.
3) Llevar al
espectador a pensar en sentido subversivo, o mejor, a no pensar.
4) Desarrollar la sensibilidad y la amoralidad para disminuir la resistencia espiritual.