Antonio Caponnetto es el
principal referente del nacionalismo católico argentino. Es, además, uno de mis
Maestros. Eminencia intelectual, poeta, historiador, filósofo, pedagogo. Un
hombre sabio que ha vivido una vida peligrosa, recta, humilde. Cristiana.
Aquí su opinión respecto de
Milei: la suscribirían todos los grandes referentes del nacionalismo católico
argentino. Milei es un MAL ABSOLUTO, como se desprende; no un “mal menor”.
Hace poco, Nicolás Márquez,
youtuber –si se me perdona el feo neologismo- de moda, dijo que la causa por la
cual cierto sector conservador en la Argentina no le presta adhesión a Milei es
el “caponnettismo”. Su discípulo Jordán Abud le respondió AQUÍ. Yo diría que
gracias al “caponnettismo” un puñado de argentinos aún custodian la Verdad y
conservan la coherencia.
Nos consta que Antonio no se
encuentra en el mejor momento para escribir y, sin perjuicio, lo ha hecho,
refrendando su proverbial cortesía. Gracias, querido Antonio, muchas gracias.
Gracias por este escrito, y, sobre todo, por todo tu magisterio.
Que los exitistas sigan
creyendo en el recuento de votos, en el azar democrático y en las disidencias
controladas: nosotros estamos con Dios. Que no se plebiscita. Y eso basta.
BRUNO ACOSTA
Por ANTONIO CAPONNETTO
“Pondré mi ley dentro de ellos,
y sobre sus corazones la escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
Jeremías, 31,33.
La Libertad Avanza. Los católicos retroceden hasta la
incongruencia y la doblez pocas veces vista. Y no hablamos de los católicos de
misa y olla –que con ambas cosas se salvan, quede dicho- sino de los
ilustrados, con sus latines y griegos que suelen escandir pulidamente.
No importa que Milei sea una excreción humana,
ufanándose de sus vicios, nigromancias, brujerías y degeneraciones por doquier.
La respuesta será que no debemos pedir que gobierne un santo o un héroe. La
heterodoxia podrá ser desaprobada en el ámbito religioso; en el resto manda la
diosa praxeología, paradójicamente devenida en la nueva e implacable ortodoxia.