Por DARDO JUAN CALDERÓN
Quieras o no, la naturaleza te hace político y animal y con ello andas por este barreal buscando el pan, a secas o con mermelada, pero siempre plantado ante el esquema general con alguna jeta de personaje. En suma, que dado que el mendrugo se rebusca entre los demás, a los que hay que correr, asociar, convencer o apalear - pues de eso se trata la vida de la polis- y siguiendo el decir que según el traste son los azotes - te haces de algún temperamento y con ello lidias en la vida. En el fondo no es tan rebuscado aquel asunto de que primero somos un personaje y luego buscamos un libreto (¿era Pirandello?).
No
es cuestión de ocultar que la Providencia, sin ninguna consulta de parte, te pone a su capricho en un tiempo, con
algunas ideas en la cesera y fundamentalmente con una forma de ser que a veces
te ayuda y otras te embroma. En fin que, o vienes a un mundo con el que estás
de acuerdo y todo va de rechupete, pero
que otras te encuentras con un mundo que te tiene entre ceja y ceja, en el que
comienzas a parir desde chiquito para ver cual es la maldita forma de encajar
en el entuerto y a la vez poder llenar la faltriquera, poco o mucho, hasta
pasar el chubasco y no sin dejar de sentir la “perplejidad de tu insólito
destino”(disculpen, se me escapó, este es Cioran).
Lo
más expeditivo es pensar como la gran mayoría, es decir: lo menos posible. Ser
lisa y llanamente de los que ganan, que son los que no saben que pierden hasta
que se mueren y ¡qué embromar! si ya no importa. Y si todo va cuesta abajo y a
calzón caído, buen aire me lleve y que ni me atajen ni me empujen, y si te
ensartan… hoy por mi y mañana por ti.
Pero por desgracia el asunto no resulta así de fácil para todos y,por razones
incomprensibles,se te pone en el hocico que piensas diferente y te plantas en
la cuesta para mal de cojones de todos, porque has concebido la peregrina idea
que son unos pendejos y túno, que tú vas a embocar por el buen lado; lado que
más adelante, si pones empeño, se va a convertir en la bendita pendiente que
llevará a los otros hacia la bonanza. Si, todo lindura, pero por ahora ellos se
vienen en bajada y palo ahora y piña luego, tenerte de pie cuesta un Perú y los
imbéciles resultan de lo más inteligentes;y no es asunto de ser siempre macho,
que hay días que amaneces más mariquita y andar de contramano exige un poco de
imaginación cuando fallan las fuerzas.
Lo
lógico es que estés en contra y listo. Cagüentodos. Y tu personaje es el
“energúmeno”. Y el libreto se escribe a insultos y capirotazos en la soledad
del loquero (Ezra Pound en América y varios cientos de miles tras la cortina) o
simplemente en la soledad de tu casa como pasa en estos lares no tan cruentos y
más mediocres.
Pero
no todos los “contras” están tan chiflados ni son tan integrales, y se trata de
estar en contra y no tan frito ni caput comoCéline, sino con justificaciones y
explicaciones; casi al punto de no estar tan en contra–aunque… sí, un poco - y
aunque la moneda sea escasa que se pague al menos la vanidad de estar en el
candelero y cada tanto te mencionen. Y allí nace una enorme fauna de personajes
que visten las formas de ser “contras”, como
votar por las minorías, que
logran estar en contra y sacar una enorme ventaja, o hasta estar en contra y terminar
siendo favorables y que uno se pregunta ¿por
qué no simplemente están a favor? pero es así.Pareciera que no están a favor
porque no son tan perros, pero no tan en contra porque son un poco perros… sin
embargo…aunque resulta extraño…al fin no es por bueno ni por malo, es el
destino, y no eres tú el que elige el
bando, sino el bando el que te elige a ti,y ya una vez en el brete - por portación
de rostro, herencia o genética - pues puedes hacer de ello tu calvario o, si te
avivas y templas las llorosas cuerdas del disenso y las minorías,por ahí te
sale el negocio de ser el “contra” del cual son todos amigos para demostrar que
son amplios. Ya que del bando exitoso, si naciste del otro, nunca serás. Y allí nace el “contra amigable”.Y
le encuentras la gracia, dejando para tarde o nunca el asunto de cambiar la
pendiente, porque te va yendo joya con esto de parecer de contramano y hay que
darle tiempo al tiempo. Aún la más de las veces percibes que hiciste mejor
negocio de contra que camuflado, por eso de que un fallido te venda, que de
opositor te dan fajas y medallas los
enemigos,por aquello que es a los del mismo bando a los primeros que se traiciona,ya
que hoy por hoy es más loable ser amplio que buen amigo.
Otro
buen argumento para perdedores profesionales, además de dar testimonio jurado
de la “amplitud” ajena, es lo de la “política por caridad” (¡qué acierto de
hipocresía, y este sí es bien católico!) - tan caro para algunosespañolitos (exportable
paraargentos)- que copiaran de un Santo Padre que piaba por el once, pero alque
estos hacen una regla general lo que
fuera excepción; que no podemos dejar de recordar que les costara la vida a un
montón de mejicanos, de polacos, de franceses, de libaneses y muchos otros que
les gustaba el sí sí y el no no, (lo que no sería nada, sino fuera que les
costó además la nación y la religión para siempre). Caridad que consiste en que
no hay que decir imbécil al imbécil, ni cazurro al cazurro, ni re-públicos a
los republicanos, ni demonio al demonio;y con ello nace para los “contras” un
maravilloso mundo de eufemismos que te permite vivir entre los hideputas,
participar de sus empresas y darles el beneficio de la duda y el tiempo de
conversión sine die, como las niñas católicas que engancharon un infiel con
buena bolsa, con aquello de“¡Qué está en proceso de conversión!”. Por sobre todo se acaba esa dura división del
combate en dos bandos a lo Cristo y a lo Meinvielle. Nada de camino a Damascocon eso de que te pego
un palo y te tiro al piso y pasas de ser del bando de los malos al bando de los
buenos… no… tómate todo el tiempomi querido y,endemientras,hacemos los dos de
dobles agentes durante el lapso; que se trata de ser “prudentes”, “catejones” a
lo Schmitt, promotores del mal menor,que nosotros estamos “por la vida”, así
que no ponemos el pecho sino el traste; que se trata de entregar el rosquete y
dejar de tomar arrestos de Cristeros que ya no se ven ni en joligud.El asunto
se logra pegándole una forzada al embrague para que entre sin crujir el tema de
los derechos individuales y nos saquemos de encima la misión religiosa de la
política… poniendo todavía cara de tomistas y hablando mal de Maquiavelo (que
al lado de estos tipos era gaucho y frontal).
Cuando
el mundo era Cristiano esta cueca con falsete la bailaban los judíos y de allí
salieron “contras” de lo más variopintos que llenan la literatura, pero ¡oh témpora!
nos toca a nosotros ahora encarnar los personajes que ya se venían anunciando
en el Gatopardo y, cuando lo social ya
no es cristiano… a ver ¿de qué te disfrazas para conservar el cargo y yantar
tupido? Y vaya salto, de león rampante a
gato danzante, y a ver que vela prende
cada uno en el entierro de la cristiandad. Los viejos errantes ya habían
inventado al “converso”, y alabado al “cristiano amplio” con “amigo judío”, y al “tolerante”, y a la
“víctima”, y a muchos otros que bien pinta una vieja novela francesa de Patrick
Modiano (La place de l’etoile).
Pero había algo que no estaba inventado, eso de la “política por caridad” que lleva la firma indeleble del súcubo cristingo. Ahora que la sociedad se moldea desde las puestas judías y somos nosotros los que subimos a las tablas para hacer de payasos tristes, queda el hacer de “diferente” solicitando y testimoniando de los otros la “amplitud.- O, como San Pablo… no aguantarles ni las costumbres de la mesa, ¡qué diantres!
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