Por Rogelio Reyes,
de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Publicado el 10 de octubre de
2010 en el periódico ABC de Sevilla.
Un querido colega universitario ya jubilado, persona de gran prestigio intelectual y finísimo sentido del humor, me contaba un día lo que le sucedió en su despacho de la Facultad cuando recibió la visita de un alumno que con mucho desenfado comenzó directamente a hablarle de tú. Él, muy versado en estas lides escolares, queriendo hacer ver al muchacho, sin herirlo, la inconveniencia de semejante trato, le contestaba una y otra vez con el usted a fin de que aquél se percatara de la ironía y rectificase en su proceder. Es el expediente al que solemos recurrir los profesores cuando nos encontramos en el mismo trance, cosa que en estos tiempos ocurre con no poca frecuencia. Pero su sorpresa fue mayúscula al ver que el alumno no daba la mínima señal de haber captado el mensaje. Todo lo contrario. Ante la insistencia de mi colega en el uso del usted y sin perder un ápice de su desenvoltura, le atajó confianzudo: «No te preocupes. Háblame de tú».