viernes, 20 de agosto de 2021

HÁBLAME DE TÚ

Por Rogelio Reyes, de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Publicado el 10 de octubre de 2010 en el periódico ABC de Sevilla.

Un querido colega universitario ya jubilado, persona de gran prestigio intelectual y finísimo sentido del humor, me contaba un día lo que le sucedió en su despacho de la Facultad cuando recibió la visita de un alumno que con mucho desenfado comenzó directamente a hablarle de tú. Él, muy versado en estas lides escolares, queriendo hacer ver al muchacho, sin herirlo, la inconveniencia de semejante trato, le contestaba una y otra vez con el usted a fin de que aquél se percatara de la ironía y rectificase en su proceder. Es el expediente al que solemos recurrir los profesores cuando nos encontramos en el mismo trance, cosa que en estos tiempos ocurre con no poca frecuencia. Pero su sorpresa fue mayúscula al ver que el alumno no daba la mínima señal de haber captado el mensaje. Todo lo contrario. Ante la insistencia de mi colega en el uso del usted y sin perder un ápice de su desenvoltura, le atajó confianzudo: «No te preocupes. Háblame de tú».

viernes, 13 de agosto de 2021

LA URGENCIA DE REVIRILIZAR

Por el RP Gabin Hachette (FSSPX). Traducción para la “Revista Verdad”
de Dardo Juan Calderón.

Leemos en el libro de los Proverbios (X,17) que “acatar la corrección conduce a la vida”. Si esto se refiriera a lo “políticamente correcto” -ideología  impuesta en este momento por el pensamiento dominante- resultaría inconcebible como “camino a la vida”: feminismo, públicos arrepentimientos de la propia cultura, promoción de la homosexualidad (expresada con la “seriedad” de la sigla  “LGBTQIA+”), dictadura bajo pretexto sanitario (pase sanitario), unión libre, contraconcepción, PMA (asistencia médica a la procreación), inmigracionismo, ecologismo radical, libertinaje en los vestidos, antiespecismo (igualdad jurídica y “moral” con la especie animal), ideología de género, escolaridad mixta, decolonialismo, y otras muchas locuras que, aunque aparecen como distintas y novedosas, no son más que las consecuencias previstas de la lejana Ilustración triunfante desde la Revolución de 1789. Aquella falsa concepción del hombre pensado sin pecado original, la del buen salvaje –y para peor asociado a una idea política que niega los derechos de Jesucristo sobre la Ciudad- nos han llevado al colapso, al anticristianismo que nos rodea. De estas semillas de muerte no sale más que caos: la evidente pérdida temporal de las naciones, pero aunque menos evidente y peor, la pérdida eterna de las almas.