Decíamos en nuestro escrito pasado que tras el escandaloso
gobierno de Lacalle Pou, el Partido Nacional tiene decretada su muerte, como le
ocurrió al Partido Colorado tras el de Jorge Batlle. Se trata, pues, de dos
cadáveres políticos, que incluso –en lo que concierne al Partido Nacional- han
abandonado su ideario tradicional, prostituido en aras del progresismo. Por si
fuera poco, los candidatos que presentarán, son a cada cual más lamentables y
faltos de carisma: son, sencillamente, invotables.
¿Qué actitud debería tomar Cabildo Abierto ante este escenario?
Creemos que Cabildo Abierto debería desligarse, clara
y firmemente, del Partido Nacional y del Partido Colorado, haciéndose a un lado
de la “coalición republicana”. Debería presentarse como una decidida tercera
posición.
Y esto por dos razones, una negativa y otra positiva:
La negativa. Es tan escandaloso el gobierno de Lacalle Pou; han
sido tan graves los incidentes ocurridos durante el mismo, tan públicos, tan
notorios, tan burdos, tan grotescos, que YA MISMO la fruta sana debería
separarse de la podrida.
En segundo lugar, la identificación con el progresismo
de blancos y colorados no los diferencia del Frente Amplio marxista, y hay
muchas personas reclamando que un grupo político se manifieste rotundamente
antiprogresista. Si Cabildo Abierto sigue de la mano con los partidos
fundacionales, el común de la gente no lo distingue en ese sentido.
La positiva. Cabildo Abierto, al desligarse de los partidos blanco
y colorado –cadáveres políticos corruptos
y progresistas- constituiría, patentemente, una tercera posición, inmune a
esos males. Y presentaría, independientemente, una figura que sí tiene carisma,
como la del General Guido Manini Ríos. Una figura que, por experiencia y
formación, sabe mandar y hacerse responsable.
Finalmente, creemos que la actual crisis institucional
demuestra que la postura del Senador Domenech –y la que nosotros, privadamente,
manejábamos- que, cuando el affaire
Moreira, Cabildo Abierto debía abandonar la coalición, era la acertada. Si Cabildo,
en esa instancia, se hubiese apartado de blancos y colorados podía, ya mismo,
aprovecharse de las ventajas que mencionábamos.
En Cabildo Abierto, este es un momento decisivo.
BRUNO ACOSTA
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