Por BRUNO ACOSTA
Existen ciertos errores filosóficos -o, más pedestremente, de sentido
común- que se suelen olvidar en nuestra época. Y que, particularmente, muchos
suelen olvidar en nuestras filas. Uno de ellos es que las causas de los
problemas no pueden solucionar esos mismos problemas; justamente, porque son
sus CAUSAS.
Imagine, caritativo lector, que Ud. tiene sed. Si decide saciar su sed bebiendo, por ejemplo, vinagre, su sed no se saciará. Para colmar su sed deberá beber agua.
Ocurre algo parecido en la política: para resolver un problema político, debo apuntar a algo que realmente lo solucione, y no a un remedo que no lo hará y que me intoxicará.
Apliquemos ahora la metáfora:
El problema es el progresismo; el problema es la profunda degeneración y
crisis de la sociedad occidental que padecemos. Yendo a un caso concreto, la
solución que propone nuestra hermana República Argentina es el liberalismo.
¡No, no y no! El liberalismo es la causa del problema; jamás la causa de un
problema puede ser su solución. Jamás se colmará mi sed con vinagre.
Al ser liberal, Milei parte de una filosofía errónea, condenada por la sana
filosofía y por el magisterio de la Iglesia. Para bajar esto al llano, pongamos,
al menos, un ejemplo:
El lema de Milei es el “don’t tread on me”; que en la lengua de
Castilla significa “no me molestes”, “no te metas conmigo”. Fiel reflejo del
rapaz individualismo liberal. Para el liberal, el otro, el prójimo, es alguien
que molesta, que estorba, que resta. La ley universal del liberalismo es el
egoísmo animal. Contrariamente, para la filosofía cristiana, el prójimo es
alguien que aporta, que potencia, que suma. La ley universal del cristianismo
es el amor. Su lema es: “amarás al prójimo como a ti mismo”. La diferencia es
radical.
Este egoísmo hecho ley universal permitió los abusos cometidos durante el
siglo XIX contra los obreros. Y esa explotación -provocada, insistimos, en
aplicación de los principios liberales- provocó la reacción comunista. ¿Cómo
puede creerse, entonces, que el liberalismo puede combatir al marxismo, cuando
es el que lo provocó histórica y filosóficamente?
Globalmente, nada bueno puede salir de algo malo. Las causas de los
problemas no pueden ser su solución. El vinagre no puede colmar mi sed.
Bebamos, para colmar nuestra Sed, el Agua Verdadera que da la Vida.
Excelente artículo. Lo estoy difundiendo. Lea y difunda. Pegue el link en Twitter, en Facebook, en Instagram, envíelo por Whatsapp. Difunda. Hay que "hacer verdad" como decía el Padre Castellani. Mis felicitaciones desde la Argentina.
ResponderBorrarEstimado Juan Carlos: Muchísimas gracias por su comentario con tanta fuerza. Claro que sí, es muy necesaria la difusión. Tenemos que dar testimonio y usar los medios a nuestro alcance. Gran abrazo. BRUNO A
BorrarExcelente y muchas gracias desde esta sufrida Argentina, empecinada en tropezar una y mil veces con la misma piedra. No hemos desnortado desde hace mucho, y todo indica que pagaremos un altísimo precio, probablemete, con la disolución final de nustra Patria.
ResponderBorrarEstimado: Muchas gracias por pasarse por esta humilde bitácora, y por dedicar un momento a leer mis líneas. Le aseguro que yo tambíen sufro por su sufrida (valga la redundancia) patria. Dios no permita su disolución final, aunque esa hipótesis es posible, como Ud. bien dice, al haber llegado un laicista judío al poder. Abrazo fuerte. BRUNO ACOSTA
BorrarMuy buen articulo, muy bien explicado en facilito, dificil no llegar a entenderlo....
ResponderBorrarSaludos patrioticos desde Bolivia
Rudy
Era la idea, Rudy; me alegro se haya cumplido. Muchas gracias por su comentario. Abrazo patriótico desde Uruguay. BRUNO A
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