viernes, 26 de diciembre de 2025

RESPUESTA A UN LIBERTARIO

Doy publicidad a esta carta ya que puede resultar útil.

 

Montevideo, 24 de diciembre de 2025

Estimado amigo:

Contesto yendo directamente al gano con tu pregunta:

¿Crees que la escuela austríaca de economía es, como la democracia, contraria a la sana filosofía política y el catolicismo?

Para ser absolutamente responsable y terminante con mi respuesta, yo debería primero leer, por mi cuenta, a varios autores de esa escuela que no he leído. Pero sí puedo darte una respuesta aproximativa y con muy alto grado de seguridad:

La escuela austríaca tiene a la cabeza a algunos autores como Rothbard (a quien leí) que tienen serios errores o heterodoxias a la luz de la doctrina católica. Sin entrar en consideraciones filosóficas (como el concepto de libertad) o de la ciencia política (como la teoría del Estado), puedo comentarte algunas cuestiones económicas, que te interesan más.

Hay un axioma escolástico que dice que “de premisa falsa se sigue falsa conclusión”. Y, justamente, por asumir Rothbard y su escuela falsas premisas religiosas y filosóficas, se siguen necesariamente errores políticos y económicos.

Entonces, por tomar Rothbard un falso concepto de libertad (como “ausencia de coacción” con matices respecto de Hayek, p. 299 de su La Ética de la Libertad –Unión Editorial, 1995-), o por tomar a Locke como un autor de referencia (“la semejanza entre los puntos de vista de Locke y la teoría que se expondrá más adelante [...]”, p. 49, ibidem), quien fuera puesto en el Index por la Iglesia, etc., necesariamente van a seguirse errores en su faz económica.

Así, por ejemplo, los austríacos no creen que la usura (concebida como el mero préstamo a interés, independientemente del guarismo de la tasa), sea condenable, como sí lo cree la Iglesia. Tampoco creen que la propiedad pueda tener cierta función social. Ni tampoco que el Estado pueda asumir cierta función subsidiaria en la economía, allí cuando los privados –que tienen la absoluta prioridad- falten o fallen (sé que esta última afirmación -“fallen”- es prácticamente pecado en la escuela austríaca; el mercado, de alguna manera, es endiosado, lo cual es un error: daría para mucho).

Claramente, pues, hay grandes distancias entre una doctrina y la otra, y no puede sorprender si se considera, como te dije, que parten de premisas teológicas y filosóficas distintas. Recordá que el liberalismo, capitale vitium, fue condenado por la Iglesia (te recomiendo vivamente, al respecto, la encíclica Libertas de León XIII).

Repito: sin haber leído a todos los principales autores; sí a Rothbard; pero conociendo en general sus premisas, puedo decirte con alto grado de seguridad que esa escuela es contraria a la sana filosofía política y el catolicismo”. Respecto de lo que comentás de la llamada “escolástica española”, aparentemente tiene sus matices. Cito a Juan Fernando Segovia, autor católico (en “Locke, ¿iusnaturalista clásico”, Revista Verbo, núm. 547- 548, p.562-3):

“Mucho se ha escrito sobre el contractualismo de la escolástica española, con especial referencia al P. Francisco Suárez: con todo, no se ha insistido lo suficiente en la distancia que separa a éste de Santo Tomás de Aquino y los intérpretes escolásticos de Aristóteles.

A la par, pareciera existir cierta confusión al asignar al contractualismo moderno una impronta medieval y/o escolástica, borrando las diferencias no sólo entre Santo Tomás y Suárez sino también entre éstos y el propio Locke”.

Esto -quizás- sea una crítica, entre otros, a Huerta de Soto, a quien tú citás y a quien yo no he leído con detenimiento. Pero es un autor que no me genera confianza, ya que prologó con encomio el libro que referí de Rothbard (La Ética de la Libertad), en el que se profesan los errores que te mencioné y otros realmente graves (“mercado de niños”, admisión del consumo de pornografía infantil, etc.).

En fin, espero que esta sucinta respuesta te satisfaga. Quedo a tu disposición por cualquier otra consulta.

Feliz y Santa Navidad.

Dios te bendiga.

BRUNO ACOSTA

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