Durante diciembre y hasta el Día de Reyes –aniversario de nuestra fundación- iremos publicando los artículos más destacadas del año.
Publicado originalmente el 13 de enero de 2020.
LIBERALES INCONSISTENCIAS.
En el diario “El
Observador” del sábado 11 nos topamos con una columna interesante: “¿Qué es ser
liberal”?, por Alberto Benegas Lynch (H), doctor en Economía (UCA) y en
Ciencias de Dirección (UADE).
En éste, el académico argentino, de modo sintético, define al liberalismo –o mejor: lo analiza- desde diversos puntos de vista: filosófico, económico, político. Nos llamó la atención, por la liviandad argumentativa de sus asertos, el primer punto, y es el que sucintamente criticaremos a continuación.
Benegas Lynch
define al liberalismo como “el respeto irrestricto por los proyectos de vida de
los otros” y, acto seguido, aclara que “esto no quiere decir que se adhiera al proyecto
de vida del vecino, más aún, a uno puede eventualmente resultarle repulsivo”.
Sigue más adelante: “a veces se recurre a la expresión tolerancia […] aquí se
presentan problemas […] aquél término aparece como que el que tolera posee la
verdad y perdona al que procede de manera distinta”. E insiste: “no es que con
esto se esté patrocinando el relativismo moral, muy por el contrario, la verdad
consiste en la correspondencia entre el juicio y el objeto juzgado. Las cosas
son independientemente de lo que se opina que son […]”
Hasta aquí Lynch.
Sus conceptos respecto de la filosofía liberal nos merecen, al menos, dos
observaciones:
1) Benegas Lynch parece
caer en una burda contradicción. En efecto: no puede definir el liberalismo
como “el respeto irrestricto por los proyectos de vida del otro” y, en seguida,
decir que ello no implica adherirlos. Ni puede defender la clásica definición
de la verdad y criticar, concomitantemente, la de tolerancia, que presupone la
verdad y el error.
2) Benegas Lynch,
con su argumentación, paladinamente descubre el rostro más vil del liberalismo:
el individualismo rabioso, el egolatrismo,
la negación de la Caridad en su verdadera definición, su subversión o
trastrocamiento. Para Lynch, el vecino puede estar muriéndose de avaricia, o de
lujuria, o de gula, y él, con tal de respetar su “proyecto de vida”, lo dejará
fenecer. Sofisma grave, que desliga a la Caridad de la Verdad, agotándose en un
mero “no hacer”, con independencia del Bien y de la Virtud.
Es gracias a estos razonamientos, ora tan endebles, ora tan peligrosamente falaces como los de Lynch, que la Cristiandad se ha vuelto una “aldea global” poblada de seres atomizados, que, a fuer de respetar el “proyecto de vida” del vecino, se han olvidado hasta de su nombre.
Dice verdad el autor del artículo.
ResponderBorrarCasualmente hace cosa de una semana me apareció como "recomendado" en youtube el vídeo citado y con esa primer frase "el respeto irrestricto..." Me desalentó a finalizar la visualización.
Rescato lo del otro artículo que reza algo así como "la ignorancia histórica" de sus adalides (deliberada o fruto de verdadera ignorancia).
¿Esta gente no nota el hondisimo retraso cultural que produjo la revolución francesa?
¿La matanza discriminada de la nobleza y la peble?
¿La danza de una "célebre" prostituta simbolizando a la "diosa razón" en la Catedral de Notredamme"?
¿La gesta vendeana?
En fin.
Demasiados cabos sueltos para ser enarbolados por gente tan "erudita".
Gracias por los artículos y el aporte a la Verdad que realizan con su excelente blogg.
Leandro
Estimado Leandro: Gracias a usted por la lectura de nuestra revista y por sus palabras llenas de caridad. Hacemos lo que podemos en estas horas aciagas. En María Santísima, hoy que es Su Día.
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