A nadie le extraña que “El Popular”, “La República”, “La Diaria” o “Caras y Caretas”, vehículos ponzoñosos del odio marxista, no hagan referencia hoy al 18 de mayo de 1972. Conocen muy bien la guerra psicopolítica y sería torpe memorar la masacre vil que perpetraron unos terroristas rojos hace 48 años. Pero: ¿y “El País”? ¿y “El Observador? ¿y ”La Mañana”?
Obsecuencia rastrera y cobarde. Triunfo en la guerra psicopolítica, en la batalla por las
mentes, de la izquierda. Ni “El País”, ni “El Observador”, ni “La Mañana”, que no responden –al menos, nominalmente- al marxismo, recordaron hoy a los cuatro soldados masacrados por los tupamaros. ¿A qué le tienen miedo Martín Aguirre, Ricardo Peirano y Hugo Manini Ríos? O, mejor: ¿qué intereses pecuniarios quieren conservar? ¿Por qué no utilizan su influencia en honor a la Verdad?
Es triste constatar esta obsecuencia rastrera de la prensa liberal. A fin de cuentas, tienen razón
los marxistas: no pasan de unos imbéciles. Le pueden estar apretando a la mujer en la cara, que le echan la culpa al sillón. La burguesía liberal padece una tontera profunda y crónica. O prefiere mirar al costado, porque es más rentable.
los marxistas: no pasan de unos imbéciles. Le pueden estar apretando a la mujer en la cara, que le echan la culpa al sillón. La burguesía liberal padece una tontera profunda y crónica. O prefiere mirar al costado, porque es más rentable.
Solamente un diario de Colonia (“Colonia Noticias”), el semanario “La Prensa” y el mensuario “Nación” recordaron hoy a los cuatro inocentes caídos; hombres jovencísimos,
humildísimos, que Dios los tenga en la gloria. Nadie los recuerda hoy. Sí recordarán a los mugrientos “desaparecidos” en un par de días. Los recordará “El País”, “El Observador” y “La Mañana”, con bombos y platillos.
Obsecuencia rastrera de la prensa liberal y burguesa. La misma que tendió y que tiende la
mano al marxismo. La misma que para la gilada es enemiga de los rojos, pero que,
tras bambalinas, en las logias, anda con ellos a los arrumacos. La misma que frustró el Proceso patriótico de 1973.
El Observador es la síntesis de la porqueriza llevada a la prensa.
ResponderBorrarComo no lo leía ni lo lee nadie, se vendió al mejor postor, pero eso tampoco le sirvió, hoy se ha convertido en un diario digital que una vez por semana sale en papel, es decir, un semanario, lleno de alcahuetes de la izquierda.