sábado, 24 de abril de 2021

LA DISCRIMINACIÓN ENTRE INOCULADOS Y NO INOCULADOS


La paranoia provocada por la plandemia ha evidenciado la verdadera cara de la sociedad occidental del siglo veintiuno: una sociedad en ruinas, desde todo punto de vista. Una sociedad decadente, intelectualmente nula, con una voluntad doblegada.

Así, hemos explicado desde estas páginas cómo es posible engañar a las personas de forma tan sencilla y tan generalizada: desde hace décadas, la sociedad occidental es una sociedad masificada. A la par –y este es el motivo de estas líneas- esta crisis ha evidenciado su hipocresía y la debilidad de sus fundamentos filosóficos.

Nos referimos, concretamente, a los proyectos discriminatorios que se pretenden instalar en el Uruguay: el “derecho de admisión” presentado por el diputado masón Felipe Schipani, y el “pase verde” que analizan distintos operadores gubernamentales, comerciales y turísticos, para prohibir la entrada a bares, restoranes, hoteles, clubes, etc., a quienes no se hayan inoculado la sustancia de dudosa composición. En ese sentido, queda claro que se DISCRIMINA a las personas no inoculadas, por una supuesta razón de interés general. Ahora bien: lo que en puridad se está haciendo es:

A) Discriminar a las personas que no se arriesgan a inocularse una sustancia experimental, de dudosa eficacia y seguridad, como lo admiten los propios organismos oficiales.

B) Discriminar a las personas que no creen un relato oficial pandémico lleno de contradicciones y de lagunas, que tiene más aspecto a movimiento geopolítico que a pandemia virológica. Es decir: se está condenando a las personas que PIENSAN por sí mismas, que no son MASA.

C) Finalmente, se está discriminando a las personas que, de ser cierto que esto es un movimiento geopolítico, se oponen a la instauración del Nuevo Orden Mundial.

Una discriminación, pues, profundamente arbitraria e injusta. Ahora bien: esta decadente sociedad, que no duda en realizar esta discriminación injusta, se rasga las vestiduras y saca patente de “tolerante” y de “democrática” cuando se realizan otro tipo de discriminaciones, estas sí del todo justas, como lo son aquellas realizadas al amparo de la ley divina y natural. No tolera esta decadente sociedad, por ejemplo, la distinción entre la religión verdadera y las religiones falsas, la distinción entre un hombre y una mujer, la distinción entre un hombre casto y un degenerado. Lo cual revela de consuno –como decíamos-, por un lado, su hipocresía, puesto que admite la discriminación siempre y cuando sea acorde con sus lineamientos políticos; y, por otro, su debilidad filosófica, ya que discrimina injustamente, cuando no debe hacerlo, y no lo hace cuando sí debería hacerlo en virtud de la ley divina y natural.

Hipocresía y debilidad filosófica –por no decir estupidez- revela la discriminación entre personas inoculadas y no inoculadas. Y esto está ocurriendo no sólo en el Uruguay, sino en el mundo. Lamentamos que por este camino se siga profundizando la debacle que sufrimos mucho tiempo ha.

1 comentario:

  1. Puede que estén detectando, aislando y marcando a aquellos que piensan y luchan contra ese NOM, y luego lancen una operación en contra de ellos...

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